Cuando uno se va
a casar, las viejitas siempre te dicen: “Recuerda que no sólo te casas con la
persona, sino con la familia.” Pues las viejitas tienen la razón, te casas no
sólo con la familia que conoces sino con las costumbres y todo el pasado que
carga tu cónyuge “sin querer, queriendo”. Tengo 4 hermanos, y me toca ser
cuñada 4 veces de todas maneras. Ser encima la hermana mayor, a ausencia de
suegra, me crea el karma perfecto para poder ser considerada, “la cuñada
chinchosa”. Sin embargo, en mi caminar
he aprendido que no hay mejor regalo para tus hermanos que ser todo lo
contrario a la cuñada “especial”.
Los parejos
llegan a la casa.- Cuando los hermanos eligen pareja, lo hacen porque su
corazón lo manda. Recuerdo que cuando llegó Kurt a mi casa, mi hermano fue el
menos comunicativo; mi mamá me contó que era porque él sentía que no podía ser
amigo de un hombre que no conocía y que estaba detrás de su hermana. Conforme
han pasado los años, mi hermano y mi esposo pueden bromear en complicidad total
respecto a mí. Aprendí de mis hermanas que el conocer a Kurt en forma sincera,
me dio la tranquilidad de saber que ellas me daban ese soporte de hermanos que
una necesita para sentirse segura. Después de casi 11 años de matrimonio, al
ver a mi esposo ser tratado como familia en mi familia, me da alegría y nos
permite pasar momentos entrañables cuando nos reunimos.
Si lo eligió, y
no hay peligro de muerte, desacelera.- Quizás nunca vas a tener al cuñado o
cuñada perfecta, pero la verdad: Qué importa! La persona que se casa con él es
tu hermana, y no tú. Así que si le encuentras defectos, relájate porque
mientras haga feliz a tu hermana (o) es más que suficiente para que puedas
vivir tranquila. Acá te puedo dar un consejito de mi pantera roja, si algo te
molesta de tu cuñado, díselo a tu hermana y no a tu cuñado; a veces las
relaciones que se rompen entre cuñados tardan años o tiempo indefinido en
arreglarse, mientras que entre la pareja se arreglan las cosas fácilmente.
Recuerda siempre que el tercero sobra en la relación. Adivina quién es el
tercero? Si, tú… la cuñada chinchosa.
La afectada es tu
hermana, y no tu cuñado.- Si tú eres la cuñada chinchosa, te tengo una noticia;
la que la pasa mal es tu hermana y no tu cuñado. Cuando se cierran las puertas
de la casa de tu hermana, tu cuñado probablemente ya habrá superado el mal rato
que intentaste hacerle pasar; pero tu hermana es la abatida. Las personas por
naturaleza reaccionan racionalmente ante las situaciones de incomodidad
defendiéndose de alguna forma, siempre y cuando sus sentimientos no sean
mayores a sus raciocinios. En el caso de los hermanos, teóricamente – digo
teóricamente, porque siempre se cree que entre los hermanos hay un amor
incondicional; y claro que hay excepciones pero bueno, continuemos - los sentimientos pueden estar por encima de cualquier
razón lógica para la autodefensa. Así que si quieres ver a tu hermana feliz y
que su familia crezca cerca a ti; contrólate.
Ser lo menos
parecido a la cuñada chinchosa me ha permitido estar siempre cerca de mis
hermanos y disfrutar tiempo con ellos junto con mi esposo y con sus parejas. Quizás
no tendré 20 de nota, pero un buen promedio debo tener. Soy cuñada de hombre y
mujer, y he tratado de quebrar la creencia popular de ser la pesadita. Puedo
planear salidas y visitas especiales con mis hermanos, y verlos disfrutar con
sus parejas; me encanta ver cuando se les iluminan los ojos al hablarles a mis
cuñados. Además, recuerda que entre tu hermana y tu cuñado, te darán sobrinos y
entonces no serás sólo una buena cuñada, sino una súper tía. Esto claro que se
extiende a las parejas de mis primos hermanos. La verdad es que la forma en que
la familia crezca, no es sólo tener más hijos sino recibir a las
parejas de tus hermanos como una hermana o hermano más.


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