martes, 27 de noviembre de 2018

La cuñada pesadita, eres una?



Cuando uno se va a casar, las viejitas siempre te dicen: “Recuerda que no sólo te casas con la persona, sino con la familia.” Pues las viejitas tienen la razón, te casas no sólo con la familia que conoces sino con las costumbres y todo el pasado que carga tu cónyuge “sin querer, queriendo”. Tengo 4 hermanos, y me toca ser cuñada 4 veces de todas maneras. Ser encima la hermana mayor, a ausencia de suegra, me crea el karma perfecto para poder ser considerada, “la cuñada chinchosa”.  Sin embargo, en mi caminar he aprendido que no hay mejor regalo para tus hermanos que ser todo lo contrario a la cuñada “especial”. 

Los parejos llegan a la casa.- Cuando los hermanos eligen pareja, lo hacen porque su corazón lo manda. Recuerdo que cuando llegó Kurt a mi casa, mi hermano fue el menos comunicativo; mi mamá me contó que era porque él sentía que no podía ser amigo de un hombre que no conocía y que estaba detrás de su hermana. Conforme han pasado los años, mi hermano y mi esposo pueden bromear en complicidad total respecto a mí. Aprendí de mis hermanas que el conocer a Kurt en forma sincera, me dio la tranquilidad de saber que ellas me daban ese soporte de hermanos que una necesita para sentirse segura. Después de casi 11 años de matrimonio, al ver a mi esposo ser tratado como familia en mi familia, me da alegría y nos permite pasar momentos entrañables cuando nos reunimos.

Si lo eligió, y no hay peligro de muerte, desacelera.- Quizás nunca vas a tener al cuñado o cuñada perfecta, pero la verdad: Qué importa! La persona que se casa con él es tu hermana, y no tú. Así que si le encuentras defectos, relájate porque mientras haga feliz a tu hermana (o) es más que suficiente para que puedas vivir tranquila. Acá te puedo dar un consejito de mi pantera roja, si algo te molesta de tu cuñado, díselo a tu hermana y no a tu cuñado; a veces las relaciones que se rompen entre cuñados tardan años o tiempo indefinido en arreglarse, mientras que entre la pareja se arreglan las cosas fácilmente. Recuerda siempre que el tercero sobra en la relación. Adivina quién es el tercero? Si, tú… la cuñada chinchosa.

La afectada es tu hermana, y no tu cuñado.- Si tú eres la cuñada chinchosa, te tengo una noticia; la que la pasa mal es tu hermana y no tu cuñado. Cuando se cierran las puertas de la casa de tu hermana, tu cuñado probablemente ya habrá superado el mal rato que intentaste hacerle pasar; pero tu hermana es la abatida. Las personas por naturaleza reaccionan racionalmente ante las situaciones de incomodidad defendiéndose de alguna forma, siempre y cuando sus sentimientos no sean mayores a sus raciocinios. En el caso de los hermanos, teóricamente – digo teóricamente, porque siempre se cree que entre los hermanos hay un amor incondicional; y claro que hay excepciones pero bueno, continuemos -  los sentimientos pueden estar por encima de cualquier razón lógica para la autodefensa. Así que si quieres ver a tu hermana feliz y que su familia crezca cerca a ti; contrólate.

Ser lo menos parecido a la cuñada chinchosa me ha permitido estar siempre cerca de mis hermanos y disfrutar tiempo con ellos junto con mi esposo y con sus parejas. Quizás no tendré 20 de nota, pero un buen promedio debo tener. Soy cuñada de hombre y mujer, y he tratado de quebrar la creencia popular de ser la pesadita. Puedo planear salidas y visitas especiales con mis hermanos, y verlos disfrutar con sus parejas; me encanta ver cuando se les iluminan los ojos al hablarles a mis cuñados. Además, recuerda que entre tu hermana y tu cuñado, te darán sobrinos y entonces no serás sólo una buena cuñada, sino una súper tía. Esto claro que se extiende a las parejas de mis primos hermanos. La verdad es que la forma en que la familia crezca, no es sólo tener más hijos sino recibir a las parejas de tus hermanos como una hermana o hermano más. 



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