lunes, 5 de marzo de 2018

¡Llegó el colegio, una vez más!


Llegó el primer día de clases para muchos niños en Perú. Un nuevo año escolar. El entusiasmo y los nervios se conjugan para dar lugar a una montaña rusa de emociones. Acá viene la pregunta, de quiénes son las montañas rusas emocionales? La respuesta: TODOS.
Como todos, he sido alumna del colegio y recuerdo que un día antes no podía dormir. A pesar que no nos cambiaban de salón, siempre esperaba ansiosa a los nuevos profesores esperando que no me tocaran las “profes brujas”; pensar que años después y contra todo pronóstico me convertiría en profesora. Conforme avanzaba en el colegio, esperaba cada año que entrara un nuevo chico y que fuera amor a primera vista. A pesar que quise mucho a los chicos de mi cole… nunca tuve un amor ni a primera, ni a segunda, ni a ninguna vista.
Luego, vino mi etapa de mamá. Al ser profesora tenía tranquilidad en haber conocido a sus misses; de alguna u otra manera siempre era un poco fácil conocerlas o saber de ellas. Respeté mucho su autonomía y me comporté como otra mami, pero que estaba más cerca para cruzarme con mis enanas en cualquier momento. Las misses además eran las tías – profes que las engreían más que yo misma. Tenían tías, primas de cariño y hasta abuelitas.
Este año, el de mis vacaciones, me tocó ser sólo mamá. Dejando a mis hijas en la movilidad en la mañana y darles un beso de hasta luego. Confiar que lleguen bien al colegio y no esperar nunca ser llamada por las misses por ningún motivo, salvo que sea para felicitarme. ¿A qué mamá no le gusta que le digan que su hijo es lo máximo? ¡A todas! Este año me toca esperar la llegada para saber como les fue y confiar en profesoras que nunca antes había visto. Ahora entiendo a las mamis y papis ansiosos que trataban de entrar al colegio de alguna u otra forma para ver como estaban sus hijos con las profesoras desconocidas que les tocaba ese año. Una de esas profesoras era yo.
Empezar el nuevo año escolar es para mí, el verdadero comienzo del año. Todos los involucrados tenemos ansiedad, nerviosismo, alegría, tristeza que se resume en un sentimiento extraño y desconocido que no se puede explicar en palabras.
Sin embargo, los adultos tanto profesores como padres debemos recordar que los niños son los que viven la aventura. Son ellos quienes se enfrentan a nuevos retos y que nosotros debemos intentar darles la seguridad que si bien es importante ser responsable una nota no los define como persona. Recordemos que cada niño es diferente y tiene una luz especial, que brilla en forma única y a su tiempo. Algunos serán más hábiles en matemáticas, otros en idiomas, otros en historia, otros en deportes y otros pasarán “a la justas” cada año; pero siempre tienen que saber que sus profesores y papás confían en que hacen lo mejor que pueden y que son como son. Quizás más atléticos, quizás más intelectuales, quizás más artistas o quizás distintos a los demás; pero siempre con sueños propios. Lo más importante en el colegio es que se sientan amados, que sepan que siempre todo estará bien y que es una etapa de diversión y aprendizaje. Habrán días malos, muy malos, otros buenos y súper días también. Que este año sea bueno y que todos los disfruten. Lo bueno y lo malo llega siempre. No digamos a los niños que no es importante su problema de “canchita” en el colegio, porque para ellos esa “canchita” era especial. El colegio es su mundo y por empatía recordemos que para nosotros también fue un mundo único y especial, hace ya varios añitos. 

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