La lonchera
escolar es un elemento importante para el día a día de los niños. Es
transcendental para complementar la alimentación de un niño quien está la misma
cantidad de horas en el colegio que sus papis en el trabajo.
Según un artículo
de RPP, se lee que las loncheras deben contener alimentos reguladores
(vitaminas y minerales), los formadores (proteínas), energéticos (cereales,
pan, tubérculos) y líquidos.
Esta nota no
pretende dar una guía nutricional, pero sí una perspectiva diferente para que
tus loncheras no entren en huelga.
1.
“Miss,
mi lonchera huele raro”. En ocasiones cuando veo un estudiante con una
lonchera, viene a mí una corriente en el cuerpo recordando un taper pequeño con
tapa roja y un huevo duro dentro. No tengo nada en contra de esta rica fuente
de vitaminas, pero el olor que respiraba cuando lo sacaba del taper era
terrible, sí, de verdad huele a podrido. Me imagino que de ahí viene la
expresión “El que pierde, es un huevo podrido”.
Seguro que deben haber trucos para evitar el olor, y altamente
recomiendo buscarlos antes de enviar este refrigerio. Si tienes algún truco de la abuelita, compártelo con nosotras.
2.
“Se
derramó mi jugo”. La peor forma de empezar el día para un niño, es que se de
cuenta o que sus compañeros griten… “Tu lonchera está goteando. Sale agua. Miss
auxiliooo”. El líquido es parte fundamental del día, por lo tanto, buscar un termo
que pueda contener el agua adecuadamente es fundamental. El agua o un jugo
derramado en la lonchera es frustrante para un niño ya que todo termina sucio y
aunque las profesoras siempre ayudamos, no podemos evitarle el mal momento al
dueño de la lonchera. Finalmente, consideren en el momento de mandar un jugo
que debe ser uno que no se malogre durante el día, a pesar que sea un día frío.
Los niños no se acaban todo el líquido rápidamente, y lo van tomando durante el
día.
3.
“¡Qué
rico! Me mandaron papitas”. Entiendo que a veces la creatividad se nos escapa
de la mano, o queremos dar una sorpresita mandando “eso” que sabemos que no
alimenta. Desde mi perspectiva considero que es válido, pero los 5 días de la
semana realmente no es recomendable; menos si van a tener una fiesta infantil
ese día; salvo que quieras ver niños saltando hasta media noche en tu casa. Quizás
una buena idea es destinar sólo un día de la semana, y así “romper un poco las
reglas de lo sano”. Recordemos que en la escuela se conversa sobre los hábitos
saludables, y los niños encuentran contradictorio que su lonchera esté llena de
galletitas rellenas, jugos de cajita (está comprobado que la mayoría contienen
demasiada azúcar), papitas envasadas y todas las otras cositas que ya
conocemos.
4.
“Te
amo hijit@”. Una lonchera además de los alimentos, tiene que contener por lo
menos una vez a la semana una sorpresa. Es muy emocionante para un niño o niña
encontrar una nota con la letra de papá o mamá que contenga un mensaje amoroso.
No importa si uno mismo no hace la lonchera, pero si podemos meter la nota
antes que se la lleve al colegio. No tiene que ser algo muy elaborado, se los
digo por experiencia – yo pongo el nombre a los uniformes y útiles con
indeleble. Una nota en una hojita doblada por la mitad es suficiente. Tengamos
en cuenta que el corazón de nuestros hijos se nutre de nuestras muestras de
cariño.
Lo más importante: los hábitos que enseñemos de niños, serán parte de su
vida adulta. Un niño sano, es un adulto saludable.

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