Ser mamá es una
tarea hermosa y una vida llena de amor recíproco entre madres e hij@s. Daría mi
vida por mis hijas, pero no mi chocolate favorito en un día lleno de momentos
estresantes.
“Antes de
colocar la máscara de oxígeno a un niño, colóquese la suya”. Las veces que hemos viajado en avión
escuchamos y leemos estas indicaciones de supervivencia. Si, leíste bien:
“Supervivencia en caso de emergencia”. Si lo llevamos a nuestra vida diaria,
una mamá que se encuentra cerca de la “emergencia” de explotar por estrés le
puede resultar muy difícil acompañar a sus hijos en lo que necesiten. Ponte tu
“máscara de oxígeno” antes de no poder ayudar a tu retoño. Una “máscara de
oxígeno” puede ser un tiempo libre sólo para ti, una ducha larga sin ruidos,
una película en silencio; la idea es que te “oxigenes” siempre.
“Haz depósitos
en tu cuenta bancaria emocional”. Este concepto de cuenta bancaria emocional, diseñada por Stephen Covey me pareció una herramienta muy eficiente para que reflexionemos sobre
nuestras prioridades. Casi siempre hacemos “depósitos” a los demás, pero casi
nunca lo hacemos a nuestro favor. Si nosotras priorizamos los depósitos de
tiempo, amor, engerimiento, y todo lo que das a los demás siempre y te olvides
de ti misma, entras en déficit y puedes llegar a tu “bancarrota”. Te animo a
leerlo y te desafío a hacerla. Ver las cosas “en papel” te ayudan a darte
cuenta de tu situación financiera emocional actual.
“Es mi
chocolate y hoy no te voy a dar”. Si me dices que nunca escondiste algo especial para comértelo tu sola, eres
mi heroína. La mayoría de veces que salgo a comer, le doy a mis hijas la opción
de elegir lo que deseen (claro, con límites, tampoco soy tan liberal). Piden lo
que desean, y se ven felices cuando llega. Comen con gusto hasta que llega mi
plato y me dicen; “Ma, puedo probar?”. Es difícil decir que no, pero si lo he
hecho en ocasiones; si han tenido la opción de elegir. Comerte algo sola y
disfrutarlo de vez en cuando, no hace daño.
“Mi tiempo. Mi
espacio”. Cuando tengo
una reunión en mi casa con amigas, casi siempre mis hijas quieren estar
sentadas entre nosotras. Les doy un tiempo corto para que saluden a las “tías”
pero luego les indico que vayan a otro lado de la casa, con su papi es una
buena opción. Les explico y les digo aunque no entiendan, que es mi tiempo y mi
espacio. Nuestros hijos deben respetar ese momento. No siempre debemos huir de
casa para reunirnos con amigas y pasar un tiempo de adultos; de conversas de
chicas, catarsis por montones, secretos de mujeres (ya me entienden) o
simplemente reír de los recuerdos. Es un tiempo vital que cada mujer merece y
se debe.
Este post no
intenta ser imperativo, no soy una mujer dictadora; pero sí he aprendido a
priorizarme. Decir “No” a mi hijas cuando ya no se puede. Esconderme bajo mi
sábana y delegar las cosas a mi esposo porque no tengo ganas ese día.
Mientras más te
ames como mujer, y te des tu “tiempo de calidad” para ti, serás más feliz;
antes de todos tus roles no olvides el más importante: SER MUJER.

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