lunes, 19 de marzo de 2018

Máscara de oxígeno para mamá.


Ser mamá es una tarea hermosa y una vida llena de amor recíproco entre madres e hij@s. Daría mi vida por mis hijas, pero no mi chocolate favorito en un día lleno de momentos estresantes.

“Antes de colocar la máscara de oxígeno a un niño, colóquese la suya”. Las veces que hemos viajado en avión escuchamos y leemos estas indicaciones de supervivencia. Si, leíste bien: “Supervivencia en caso de emergencia”. Si lo llevamos a nuestra vida diaria, una mamá que se encuentra cerca de la “emergencia” de explotar por estrés le puede resultar muy difícil acompañar a sus hijos en lo que necesiten. Ponte tu “máscara de oxígeno” antes de no poder ayudar a tu retoño. Una “máscara de oxígeno” puede ser un tiempo libre sólo para ti, una ducha larga sin ruidos, una película en silencio; la idea es que te “oxigenes” siempre.

“Haz depósitos en tu cuenta bancaria emocional”. Este concepto de cuenta bancaria emocional, diseñada por Stephen Covey me pareció una herramienta muy eficiente para que reflexionemos sobre nuestras prioridades. Casi siempre hacemos “depósitos” a los demás, pero casi nunca lo hacemos a nuestro favor. Si nosotras priorizamos los depósitos de tiempo, amor, engerimiento, y todo lo que das a los demás siempre y te olvides de ti misma, entras en déficit y puedes llegar a tu “bancarrota”. Te animo a leerlo y te desafío a hacerla. Ver las cosas “en papel” te ayudan a darte cuenta de tu situación financiera emocional actual.

“Es mi chocolate y hoy no te voy a dar”. Si me dices que nunca escondiste algo especial para comértelo tu sola, eres mi heroína. La mayoría de veces que salgo a comer, le doy a mis hijas la opción de elegir lo que deseen (claro, con límites, tampoco soy tan liberal). Piden lo que desean, y se ven felices cuando llega. Comen con gusto hasta que llega mi plato y me dicen; “Ma, puedo probar?”. Es difícil decir que no, pero si lo he hecho en ocasiones; si han tenido la opción de elegir. Comerte algo sola y disfrutarlo de vez en cuando, no hace daño.

“Mi tiempo. Mi espacio”. Cuando tengo una reunión en mi casa con amigas, casi siempre mis hijas quieren estar sentadas entre nosotras. Les doy un tiempo corto para que saluden a las “tías” pero luego les indico que vayan a otro lado de la casa, con su papi es una buena opción. Les explico y les digo aunque no entiendan, que es mi tiempo y mi espacio. Nuestros hijos deben respetar ese momento. No siempre debemos huir de casa para reunirnos con amigas y pasar un tiempo de adultos; de conversas de chicas, catarsis por montones, secretos de mujeres (ya me entienden) o simplemente reír de los recuerdos. Es un tiempo vital que cada mujer merece y se debe.

Este post no intenta ser imperativo, no soy una mujer dictadora; pero sí he aprendido a priorizarme. Decir “No” a mi hijas cuando ya no se puede. Esconderme bajo mi sábana y delegar las cosas a mi esposo porque no tengo ganas ese día.

Mientras más te ames como mujer, y te des tu “tiempo de calidad” para ti, serás más feliz; antes de todos tus roles no olvides el más importante: SER MUJER.


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