Cuando mi hermana
se casó hace ya varios años, nunca pensé que se cumpliría ese mito que tu
familia se gana un hijo más, ya que en ese supuesto yo me ganaría un hermano.
Yo ya tenía hermanos y no me hacía la idea que otro hombre podría ocupar un
lugar tan especial como un hermano en mi corazón, pero la vida me demostró que
si es posible.
Quita la palabra
“política”.- Gracias a Max comprendí que el amor de familia va más allá del
apellido. Tanto él como su familia, o mejor dicho mi familia, en diferentes
formas me han demostrado que el amor que sienten no sólo es por mi hermana,
sino por toda la familia de mi hermana, en donde estamos nosotros. Nadie se
salva de su cariño y solidaridad, que van desde visitas, llamadas e incluso
quedarse conmigo en la clínica cuidándome cuando nació mi segunda hija. Max me
regaló una familia amorosa a quien quiero mucho y a quienes anhelo ver siempre.
Es más divertido
sonreír.- La capacidad de Maxito para sonreír es incalculable. La situación que
uno puede atravesar nunca es suficiente para apagar la sonrisa que viene desde
el corazón. Cada vez que nos vemos siento su alegría y su paz que transmite en
cada conversación, comentario o broma que puede hacer. A través de sus
canciones o himnos cristianos que entona; incluso cuando no deja de tocar
batería con sus dedos en cualquier mesa. Esa misma sonrisa tiene mi sobrina, a
quien siempre le digo que anhelo que tenga el corazón de su papi.
Tu sobrina, mi
sobrina.- Mis hijas son las sobrinas de sangre de mi hermana, pero desde que
nacieron siempre las quiso como hijas de sus hermanos. Me enseñó que los niños
por el simple hecho de existir son la mayor bendición de Dios. Las diferencias
en un corazón como el de él, no existen; todos sus sobrinos de sangre o postizos
tienen el mismo espacio en su corazón. Una gran lección para todos.
Lo más bonito que
he aprendido de “Favorito” como le digo, es su entrega, es su amor
incondicional a mi hermana y mi sobrina, sin dejar de lado a sus padres,
hermanos y a toda su familia; y además a toda mi familia. Cuando mi mami se fue
recuerdo haber volteado y ver la tristeza en su rostro y era igual a la de
nosotros, ese día entendí que aunque aún no se había casado con mi hermana ya
era parte para siempre de mi familia. Maxito es mi hermano y anhelo que mis
hijas puedan sentir ese amor por sus cuñados cuando les toque compartir su
vida, con el hermano que su hermana le regale.
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