Tener hijas
mujeres hoy en día se ha vuelto una preocupación constante. Existen tantos
casos de violencia hacia la mujer, que como muchas madres quisiera tenerlas en
una burbuja protegidas de todos. Sin embargo, eso no es posible porque ellas
merecen vivir una vida plena sin miedo a que nadie se las arrebate. Después de
pensarlo mucho, estas con algunas reflexiones:
![]() |
| Las chicas desde pequeñas tienen derecho a caminar libres, sin temor. |
Las chicas tienen
el poder.- Crecer en el mundo es complicado, para las chicas lo es un poco más,
o al menos eso dicen. Trato de enseñarle a mis hijas a defender sus ideas
siempre. Mostrarles que son capaces de todo no es sólo mi tarea, es también la
de su papá. Siempre se espera que el padre tengo un hijo varón para que pueda
hacer cosas de chicos; pues mis hijas hacen cosas “de chicos” con su papá.
Trepan árboles, juegan con piedritas y al fútbol, montan un caballo y persiguen
bichos. Se ensucian y regresan mugres a la casa. Al mismo tiempo, les encanta
ponerse vestidos, arreglarse el cabello, mirarse al espejo – mucho más que yo –
antes de salir a la calle, jugar con mi maquillaje e ir a la peluquería por la
manicure y pedicure. Ellas saben que pueden hacer todo lo que su mamá y papá
aceptan, porque aunque les cueste tener límites de crianza; entienden que las
guiamos por el mejor camino posible. Esa confianza que le damos, las ayudará a creer en sí mismas siempre.
Sus armas: el
sentido común y su tribu.- Cuando yo estudiaba en la universidad, no era ni la
más arreglada ni la más popular; sin embargo, eso no impidió para que un día
abriera mi correo y encontrara una postal en la que alguien me decía que me
veía siempre llegar y me miraba; me declaraba su amor. En ese momento me reí,
pero después me llegó una carta diciéndome que me miraba llegar e irme todos
los días, que le encantaba verme en el break y cosas por el estilo. Jamás pensé
que podría estar en peligro, recién ahora lo entiendo. Lo que atiné a hacer fue
pedirle a un amigo que me acompañara todos las noches e ir juntos en el micro;
él era alto y practicaba box. Tenía la pinta de ser “cool” y me acompañó
durante una semana; porque no se pudo más. Mi mamá me esperaba al llegar en el
paradero por otros acontecimientos; pero viendo lo que ha sucedido en Lima,
creo que me protegí sin darme cuenta. Enseñemos a nuestras hijas a usar su
sentido común. A estar siempre acompañadas y buscar una tribu, una red de
amigos, sobretodo si recibe mensajes extraños.
Todos podemos
lavar los platos.- En épocas antiguas, las mujeres se iban a la cocina y el
hombre a trabajar. Esos tiempos quedaron atrás y ahora todos trabajamos, dentro
o fuera del hogar. Si la mujer está en casa, también se cansa y no por eso es
una regla que deba ser ella quien siempre lave los platos después de cenar.
Observo con asombro que en estas épocas, existan hombres que sigan esperando
sentados “que le sirvan”, y cuando la mujer termina de servir le piden algo
caliente porque claro ya todos terminaron. Lo más increíble es que nadie dice
nada. Todos observan en silencio como su mamá o su tía nunca terminan de
“servir”. Es hora en que nos ayudemos, y que pongamos fin a este tipo de cosas.
Enséñale a tus hijos varones que también los hombres lavan platos, tienden
camas y que las labores en la casa se comparten, no es una “ayuda” a la mujer.
Si no tienes hijos varones, tú como hombre hazlo y dale el ejemplo a tus hijas
de lo que deberán exigir en sus casas, porque si su papá lo hizo todos los
hombres pueden hacerlo. El machismo es retrógada, la casa es de los dos y no
hay ayuda… salvo que uno reciba un pago por realizar el trabajo.
Las mujeres
juntas hacen una diferencia.- Si eres mujer, no ataques a otra mujer. Si algo
no te agrada o no le entiendes, díselo de frente pero con respeto. Si entre
mujeres nos atacamos no logramos salir adelante. Es una mística el lenguaje
femenino, siempre entendemos miradas y el lenguaje corporal; así que una mujer
si te entiende lo que piensas sin decir una sola palabra. Si ves una chica con
un vestido corto, no le des sobrenombres desagradables, piensa que le gusta
así. Si una chica, tiene tatuajes pues tu usas maquillaje, es casi lo mismo; no
la juzgues. En resumen, las mujeres debemos ser aliadas. Apoyarnos, y no
hundirnos entre nosotras.
En estas épocas
en que tanta violencia existe, hemos tratado reflexionar y no ser pesimistas. No
intentamos tampoco dar órdenes a nadie, es lo que vemos y hemos aprendido. Busquemos
estar unidas para que nuestras hijas, sobrinas y las generaciones más pequeñas
vivan en una sociedad mejor que esta. Que puedan caminar libres, tomar un taxi,
ir en micro y ser libres sin temor.

No hay comentarios:
Publicar un comentario