sábado, 11 de agosto de 2018

Héroes entre nosotros.


Hace algún tiempo escuché a una persona decir: ¿Para qué sirven los militares? La pregunta que soltó a voz en cuello retumbo en mis oídos y aunque tenía muchas cosas que decir, antes de organizar mis ideas la persona salió del ambiente y no pude responder. Hace unos días un integrante de la Fuerza Aérea del Perú murió defendiendo al país de un grupo armado. Un momento de tristeza para todos los que somos parte de la familia FAP. Este año, pude participar de una actividad para homenajear a los héroes de otro país, hombres y mujeres que lucharon para lograr la paz en su país. A raíz de estas situaciones decidí plasmar algunas ideas en este blog.


-“Dios, Patria y Familia”.- Para muchas personas este orden de prioridades puede ser considerado algo inaudito; sin embargo, para un militar es el orden en el que funciona su vida desde que comienza su formación. Los que no conocen militares de cerca, no comprenden a madres que no ven a sus hijos los primeros meses de escuela o a las “Incondicionales” (tal cual el video de Luis Miguel) esperando el fin de semana para ver al amor de su vida. Esto sin embargo, no se compara al sentimiento de esperar a un hijo, esposo, hermano, padre o amigo que regrese después de estar en zona de conflicto.

-“Amor por el país”.- Si uno se pone a reflexionar estas personas realmente aman a su país. Indistintamente de su nacionalidad, se paran solemnes y sin hablar para entonar el himno estén donde estén. Se sienten orgullosos de los colores de su bandera y de servir al país, incluso con su propia vida y ser muchas veces héroes en silencio. Cuando una persona decide ser parte de una Fuerza Armada, sabe que el país está por encima de su vida e incluso su familia. Ellos son los que se separan de sus familias por ayudar a personas en emergencia, como lo fue durante el Fenómeno del Niño. Son ellos quienes ven nacimientos de sus hijos por foto, quienes se contentan con llamadas cortas mientras están en Misión de Paz dentro o fuera del país, quienes no pueden ir a dar el último adiós a sus seres queridos y quienes quizás nunca regresen a su hogar.



-“Los cambios”.- El militar no es el único que cambia cada cierto tiempo de lugar de trabajo. Muchos tienen familia quienes se tienen que adaptar de alguna manera “por amor a su país también.” Esposas que dejan a sus familias, hijos que dejan sus colegios y se adaptan al cambio que les toque. Quizás en una ciudad, quizás en un desierto o quizás se adapten a estar sin su papá o su mamá porque por sacrificios por la familia no siempre se puede acompañar al militar a su lugar de trabajo. Hogares que se aferran a Dios cuando su papá es enviado a una zona de conflicto. En estos años de ser esposa de un militar he podido ver a mujeres solitarias, caminando por la “Villa” sin su compañero. Mujeres que trabajan y deben llegar a casa con una sonrisa en el rostro para no demostrar su preocupación cuando se escuchan noticias de atentados justo en esa zona de conflicto. Esposas o esposos que se acuestan solos en sus camas e hijos que no reciben el beso de papá o mamá al acostarse. A ellos mi admiración eterna, sean del país que sean y que han sostenido un hogar basado en el amor a Dios, su esposo(a) y su país.

-“Merece tu respeto”.- En mi vida he estado en dos sitios públicos y concurridos en donde han rendido un pequeño homenaje a los integrantes de las Fuerzas Armadas, he podido ver los rostros de esos héroes desconocidos pero en especial el de mi esposo, Kurt. Son esos momentos en el que se hace un nudo en la garganta y agradeces a Dios porque tu esposo está vivo y a tu lado; situación que no siempre es así. El día que participé de una actividad para los héroes de Colombia, vi hombres y mujeres afectados física y emocionalmente por el conflicto que vivieron dentro del país. Preparamos con un grupo de esposas un día especial para ellos, pero no podía dejar de tener el corazón encogido al verlos llegar en sillas de ruedas, con prótesis, quizás sin manos completas o con cicatrices por diferentes partes del cuerpo. Algunos jóvenes otro mayores, algunos con todas sus habilidades y otros no. Me sentí corta de no poder hacer más, de no poder ir donde cada uno a estrechar su mano y agradecerle que este año he podido vivir en un país que es tranquilo gracias a ellos y a los que se fueron luchando por su país.



 Este post se queda pequeño respecto a lo que es la vida de un militar; y está dedicado a todas las familias de militares del mundo, que acompañan a un militar quien es capaz de entregar su vida por el país. Algunos no son reconocidos y a veces pueden llegar a ser menospreciados, como lo mencioné al inicio, pero sólo me queda pensar que ese tipo de personas que no los valoran es porque no conocen en realidad lo que es la vida del militar. Cuando hay un conflicto interno en el país, son ellos quienes dejan a sus familias por tu familia. Son ellos quienes visten su uniforme con orgullo mientras su familia lo espera esperanzada a que al menos regrese con vida. Un militar hace más de lo que puedo plasmar en este post. A mi esposo, a los Azores, a mi querida Fuerza Aérea y a todos los militares del mundo entero mi eterna admiración y respeto. Que Dios los guarde y permita que siempre puedan estar con sus familias.

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