martes, 10 de julio de 2018

Una semana de aprendizaje y bendición.


El lunes de la semana pasada comenzamos lo que no sabíamos sería un momento difícil en nuestras vidas como padres. Nuestra hija más pequeña tuvo fiebre, y con 39º grados convulsionó. Esto sucedió mientras esperábamos que surta efecto la medicina para la fiebre. Cuando sucedió no sabíamos que era una convulsión ya que no se parecía a las que uno ve por la Tv; tuvo una mirada no fija unos segundos, hizo muecas, le temblaron sus manitos y finalmente se hizo pilita. Mi corazón me dijo que algo andaba mal pero no sabía que era. Gracias a Dios este episodio duró menos de un minuto.
En este post les quiero compartir nuestra experiencia y como tener una red de familia y amigos buenos nos ayudaron a mantenernos fuertes. 


 Día 1: Llegamos a la clínica en una ciudad diferente a la que vivimos y nos dijeron que lo que había tenido había sido una convulsión presenciada y una que no presenciamos. Asombrados y empezando a sentir terror y angustia, dijimos que no había tenido fiebre tan alta y nos dijeron que un porcentaje de niños puede tener convulsiones febriles desde grados menores; y mi hijita estaba en ese porcentaje. Así que se necesitaban pruebas para corroborar que todo estuviera bien. En ese momento, en mi caso, sólo quería un abrazo de mi mamá. Llamé a mis hermanos y compartieron mi preocupación buscando opciones de ayuda de médicos desde Perú. Sobretodo les pedí orar por nuestra adorada Soizick. Así internaron a mi hija de 3 años, colocándole una vía y realizándole exámenes de sangre. Ese mismo día le hicieron un Scan a la cabecita. Vigilantes pasamos casi toda la noche en vela preocupados que no le diera fiebre nuevamente. Además, mi hija de 8 años no podía ver a sus papás derrumbarse ya que ella entraría en preocupaciones por su hermana menor también.

Día 2: Se nos ocurre preguntar para que era el Scan y nos dicen que es para descartar tumores, aneurismas y cosas por estilo. En ese momento, se te va el aliento y esperas ansioso el resultado. No era un examen para saber algo comúnmente manejable. Me mencionaron tumor, y con el historial de cáncer en mi familia; el temor entró en mi corazón tan profundo que empezó a doler. En ese momento, recordé que en momentos de angustia es cuando llamas a tu red de amigos de la Iglesia y del corazón  y les pides oración por tu hija. Mis amigos como siempre contestaron inmediatamente y estoy segura que aunque no los veía oraban y rezaban por ella. Cada uno en sus creencias sé que nos pusieron no sólo a Soizick en sus oraciones, sino a los cuatro. Mensajes iban y venían, familia y amigos de Perú se mantenían al tanto. Amigos de Colombia esperaban noticias también. Llegaron los primeros resultados y su Scan salió perfecto. Volvió el respiro y tranquilidad dentro de lo posible, porque las fiebres iban y venían. Además, mi hija mayor Astrid ya se daba cuenta que sus papás estaban preocupados. Tratamos de distraerla y que ella pudiera estar más tranquila que nosotros. Ese día nos dicen que tendrá un electroencefalograma, nuevamente preguntamos las razones y la respuesta fue: Necesitamos saber como está su actividad cerebral después de las convulsiones, ya que puede ocasionar problemas de desarrollo. Otra vez, un balde de agua fría. Recordaba que en la última entrega de reportes me habían dicho lo bien que estaba, que era una niña independiente y súper bien con sus logros para su edad. Un mensaje más pidiendo oración para que pudiéramos tener buenos resultados y que las fiebres se fueran. Este día le avisé a mi papá esperando que estuviera tranquilo y que no estuviera angustiado, ya que una nieta es una nieta.

Día 3: Llega el doctor casi al amanecer y nos dice que le había brotado una eruptiva: Roseola. Eso nos tranquilizaba ya que no era una infección en la cabecita como nos dijeron que existía la posibilidad ya que nuevamente esperábamos resultados para descartar esa opción. Nos fuimos juntas a realizar el examen, jugaba con ella “Yan ken Po” para que la espera no se hiciera larga. En el momento del exámen sólo podía pensar en momentos con ella durante los tres años juntos. Desde el momento en que supe que estaba embarazada, los meses de gestación y sus cosas y finalmente su nacimiento. Recordaba sus abrazos con Astrid y las caritas traviesas que hacía cuando juega a la profesora en la casa. Su primera actuación e incluso cuando la he regañado por portarse mal. Tantos momentos y ahora esperaba un resultado que deseaba con el corazón que fuera bueno. Familia y amigos todos esperando las noticias, y orando sin cesar por ella. Este día Astrid demostró su preocupación a través de un llanto inconsolable, ella no podía descifrar que sentía angustia por su hermana pero uno como mamá sabe interpretar el dolor de una hija. La abracé fuerte y le dije que todo estaría bien.


 Día 4: Llegó el resultado y con el buenas noticias. Ahora sólo faltaba esperar que la fiebre se vaya. Controlando cada hora que no subiera. Además, ahora estaba con tos y comenzaron las nebulizaciones. Ya era viernes y como habíamos viajado en auto, tocaba que Kurt regresara con Astrid a Bogotá porque debía estar el lunes en clases. Nos quedaríamos solas en una ciudad en donde no conocíamos a nadie. Aunque teníamos a personas queridas al pie esperando por noticias y acompañándonos con mensajes, los brazos de mi esposo y la sonrisa de Astrid me harían falta para terminar el proceso.

Juntas en casa
 Día 5: La fiebre fue bajando, y ya estábamos más tranquilos todos. La tos fue bajando también y los últimos exámenes de sangre y radiografía de tórax salieron bien.

Día 6: Nos fuimos de alta por la tarde, y la Fuerza Aérea de Colombia fue nuestra familia en estos momentos. Nos cuidaron y llevaron hasta el vuelo para volver a Bogotá.

En estos días agradecí desde lo más profundo de mi corazón el amor de la familia y amigos. Agradezco infinitamente por su amor a mi Papá, Kika & Max, Ginita, Tito, mis Suegros, Ingrid, Herbert & Cristina (Sebas y Vari – el video más lindo), mis primos Lingán, mis Guerreras, Laurita y familia, Pastor Wong, mis Giraffes queridas, Marga, Tati, Miss Elsita, Mis “Lunches” (Ofe, San, Moni y Aileen), mi Segundo Grado 2017,  Astrid, Lissette, Jackie y familia, Paola G, Silvita, las esposas FAP en Bogotá, LuzH y Chío.

Agradecemos a Dios por la bendición de salud de mis hijas y por habernos dado personas tan buenas alrededor, familia que siempre desea que nos vaya bien; y amigos que son como familia. Esta semana aprendimos que hay momentos difíciles como padres pero que aferrarnos a Dios es lo mejor para nuestro corazón. 

7 comentarios:

  1. Vane gracias a Dios no fue nada grave que buena noticia, pero me imagino que momentos tan terribles tuviste, pero ya pasó, es un gran aprendizaje para Uds., que lindo saber que mucha gente estuvo rezando por su mejoría, te mando muchos besos

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    1. Gracias!!! Tener una red de amigos ta buenos fue básico!

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  2. Vane, Dios cuida a sus hijos y estando con El no nos falta nada, desde su cuidado hasta lo más profundo de su amor. Recién me estoy enterando de este caso, pero lo más importante es que esa niña linda esta curada porque Dios escuchó las oraciones de sus hijos. Bendiciones.

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  3. Gracias por tus palabras. No sale tu nombre. Igual te mando un abrazo! :)

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  4. Vane,que bueno saber que todo esta bien, como madre te entiendo el dolor que uno siente ante estas situaciones, valoras cada instante vivido. En esos momentos uno debe ser fuerte pero a solas nos solemos nos desfogamos ��. Cuidate mucho junto a tu hermosa familia Atte Becibel

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