Los cuentos son
una de mis aficiones favoritas. Un cuento te hace soñar e imaginar muchas
cosas. Recuerdo cuando mis profesoras nos contaban cuentos y todos escuchábamos
con atención. Sin embargo, cuando yo era pequeña, en mi ciudad no había esa
cultura por desarrollar el amor a la lectura. No recuerdo el plan lector o algo
parecido; hoy ya existe un programa obligatorio que durante tu etapa escolar te
permite leer al menos unos cuantos libros, y se espera que empiece el gusto por la lectura. Ahora como adulta estoy dedicando
tiempo a la lectura como muchos amigos también lo hacen y he encontrado que es
un tiempo rico poder leer y aprender. Les comparto algunas cosas curiosas que
he aprendido a raíz de haber decidido incentivarme a leer.
Siempre
entra en la cartera.- Un libro es un buen compañero para la sala de espera del
doctor, el vuelo sin sistema de entretenimiento o un café para engreírte en
solitario. Si bien hay nuevas tecnologías, yo he disfrutado tener un libro a lo
tradicional y nunca se le acaba la batería; entonces siempre puedo abrir y
seguir leyendo. Además, mi marcador de lectura es un dibujo hecho por una de mis hijas.
Un
cuento y el besito de buenas noches.- En las noches cuando mis hijas ya van a
dormir es nuestro momento de tranquilidad y el último esfuerzo para poner a
funcionar sus sentidos y hacer conexiones neuronales. Disfrutamos juntos, ya
sea con mamá o papá descubrir historias tanto de la vida real como de fantasía.
Hemos leído juntos los cuentos de hadas, historias bíblicas, curiosidades para
niños y ahora último un libro para niños sobre los premios Nobel. Aprendemos y nos
maravillamos juntos.
Una
lectura al día, te cura.- Si buscamos artículos y estudios científicos, la
lectura desarrolla capacidades cognitivas en todos los que leen. Nos ayuda a prevenir, incluso, enfermedades complicadas como el Alzheimer. Una buena lectura de acuerdo a la edad te
permite ser más empático y comprender las emociones de los demás. Como
profesora, he notado que mis niños lectores al momento de escribir lo hacen con
mayor facilidad y son capaces de redactar en forma muy coherente.
Mi
perrita también lee.- Me ha costado motivar a mis hijas a la lectura, pero
encuentro que leen más felices cuando ellas deciden leer en diferentes lugares.
Hay días en los que mi hija mayor lee junto a nuestra perrita, y mientras lee
le gusta contarle a "Anky" el cuento que va leyendo; hasta pareciera que
nuestra mascota le entiende el cuento. Hay noches en los que ella me pide leer
el libro a su hermana, y su pequeña hermana de 4 años la escucha con atención. Quizás
tu caso es diferente, pero haberla dejado leer buscando su comodidad me ha dado
mejores resultados que indicándole el sitio de lectura en casa.
En general, la
lectura te abre muchas puertas de mejora personal. Existen libros de todo tipo
para todos los gustos. Intenta tener un libro siempre contigo, aunque te
demores mucho en terminarlo. Siempre se aprende y lo puedes transmitir.



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